“Nuevas generaciones crecerán con el veneno que los adultos no tienen el valor de eliminar”.
Marian Wright Edelman
Después de las elecciones fallidas de octubre de 2019, en Bolivia vivimos una profunda crisis política de la que no logramos salir. Luego del vacío de poder, después de la renuncia de Evo Morales, asume el cargo de la presidencia Jeanine Áñez con tres tareas fundamentales:
- Pacificar el país.
- Nombrar un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) que garantice elecciones transparentes.
- Convocar a nuevas elecciones.
Para lograr estas tres tareas el gobierno transitorio, en principio tenía 70 días.
Desde marzo de este año nos enfrentamos a una crisis de salud de gran magnitud, es así que en una primera instancia se postergan las elecciones previstas para el 3 de mayo y ahora también las elecciones fijadas para el 6 de septiembre, que se realizarán el 18 de octubre.
Para entrar en contexto y entender cuál es la situación actual que enfrenta el ciudadano boliviano ante la crisis de salud, es importante entender cuáles son las tareas del gobierno transitorio, que por distintas razones tomaron otro rumbo o simplemente se postergaron, pues estos son factores detonantes que desencadenan esta crisis multidimensional que hoy vivimos.
Pacificar el país.
Con relación a la tarea de pacificar el país, hay que mencionar que al principio todo parecía marchar por buen camino, hasta que en enero de este año, la presidenta Jeanine Áñez, pide a los bolivianos en un discurso, impedir el retorno de los „salvajes“ al poder, en referencia al ex presidente Evo Morales , por lo que la tarea de pacificación empezó a perder su fuerza, este tipo de discurso, hizo que tanto los seguidores de Añez, como los seguidores de Morales se enfrenten, radicalizando aún más su posición y su narrativa, especialmente en las redes sociales.
Otro factor que juega un papel en la profundización de la polarización es la candidatura de la presidenta Áñez; al entrar ella en la contienda electoral, su candidatura viene a fragmentar aún más a los ciudadanos, especialmente a los críticos del MAS, quienes habían visto al principio en la imagen de Áñez la puerta, la esperanza de recuperar la democracia e ir a elecciones transparentes sin la sombra de la reelección.
La candidatura de Jeanine no está reñida con la Constitución Política del Estado (CPE), sin embargo, en Bolivia atravesamos por un momento muy delicado, el ciudadano no confía en los procesos electorales y ella, al principio, garantizaba la transición hacia un camino democrático.
Es cierto que la presidenta Áñez tiene un sector importante que apoya su candidatura, pero también es cierto que genera mucho rechazo en gran parte de la población, especialmente en el ala radical del MAS y sus seguidores y esto hace que cada día nos alejemos más de la pacificación.
Este 6 de agosto por ejemplo, los ciudadanos fueron testigos de un vergonzoso desencuentro entre dos poderes del Estado, el canal estatal BTV, cortó el mensaje de la Presidenta del Senado, Eva Copa del MAS y el Poder Legislativo, controlado por el MAS, cerró la sesión parlamentaria sin invitar a la Presidenta Jeanine Añez a dar su informe presidencial; se ve a todas luces la falta de voluntad de la actual clase política para llegar a consensos por un bien mayor, pero además esto puede traer consecuencias muy negativas para la estabilidad del país que está pendiendo de un hilo.
Hoy tenemos ciudadanos enfrentados por la política, que no solo no dialogan, sino que se hostigan, se desconocen y se atacan, bandos que están atrincherados seguros de tener la razón y de ser dueños de la verdad y aún sin tener una fecha oficial de elecciones1, porque está sujeta al impacto de la pandemia, podemos ver cómo las estrategias de campaña apuntan de manera muy marcada más que a las campañas de contraste, a la guerra sucia y a la polarización.
Las redes sociales que hoy se han convertido en los espacios más visitados y utilizados, especialmente desde la aparición del nuevo coronavirus (Covid-19), por los prolongados confinamientos, pasaron a ser “del sueño de la conectividad a la pesadilla de la polarización”.
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