El decreto supremo 21060 del 29 de agosto de 1985 ha alcanzado celebridad por dos motivos principales: primero porque busca una radical transformación de muestra organización económica, y después por que el M.N.R. ha borrado con el codo lo que venía escribiendo en la historia nacional desde hace 40 años.
La presencia del M.N.R. en la política boliviana desde la década de 1940 ha tenido una orientación marcada contra la oligarquía minera, contra los terratenientes agrarios, contra la influencia extranjera. De ahí su sigla partidaria: Movimiento Nacionalista Revolucionario.
El M.N.R. tomó la batuta nacional a partir del 9 de abril de 1952 y con sus tres grandes medidas pasó, sin duda, con letras de molde a nuestra historia del siglo XX: nacionalización minera (1952), reforma agraria (1953) y voto universal (1954).
La orientación del M.N.R. era muy clara y gracias a ella se fortaleció en Bolivia el sector estatal de la economía.
Nuestra realidad económica no podría ser entendida sin el particular estilo que el M.N.R. les dio a sus gestiones gubernamentales en el periodo 1952-1964. Los gobiernos militares que siguieron a los del Movimiento continuaron, de algún modo, con la orientación básica fijada tras la Revolución Nacional.
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