A partir de la Revolución del 52, cuando asume la Presidencia de Bolivia Víctor Paz Estensoro (del MNR), los partidos políticos se formaban con el exclusivo fin de pelearse entre sí por el poder, sin ofrecer ni una concreta “visión de país” (que no tenían), ni un proyecto político definido que fuera más allá de beneficiarse del poder. A partir de esa revolución, y tras los sucesivos gobiernos del MNR, los partidos de oposición casi desaparecen y pierden toda visión programática, lo que acaba promoviendo el control militar (y dictatorial) del gobierno.
Ahí es que, desde la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), liderizada por Genaro Flores, se buscan nuevas y más genuinas representaciones políticas y se funda el IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos), que busca superar la vieja fórmula de “partido” pero cumpliendo las condiciones necesarias para acceder al control del Estado.
Tras el retiro y fallecimiento de Genaro Flores empieza a suscitar la atención la figura de un dirigente cocalero del Trópico de Cochabamba (procedente de Orinoca, una comunidad lejana y empobrecida del departamento de Oruro), llamado Evo Morales. Tras un período de formación y de satisfactoria experiencia política, Evo se incorpora a ese “Instrumento” que, junto a otros dirigentes novedosos, pretende que sea reconocido por el Estado.
Ante las previsibles maniobras de la Autoridad Electoral para postergar el reconocimiento de esa organización, ocurre que el político beniano David Áñez Pedraza, presidente de un partido con sigla legal pero sin militancia (el MAS-U, Movimiento Al Socialismo Unzaguista) le cede su sigla a esa nueva fuerza. Los dirigentes del “Instrumento” asumen con gusto esa sigla (quitándole el apellido “Unzaguista”, referido a Únzaga de la Vega, jefe de la derechista Falange Socialista Boliviana).
Evo Morales, asesorado por el dirigente minero Filemón Escóbar, aparece jugando un papel sorprendente como diputado nacional, y ante el fracaso político de la UDP (Unidad Democrática y Popular, que asume el gobierno en 1982 después de la dictadura de Bánzer), aparece como el líder más novedoso de las fuerzas de izquierda, hasta el extremo de que en diciembre del año 2005 el candidato del MAS-IPSP, Evo Morales, gana las elecciones con un 54 por ciento de los votos y asume la presidencia el año 2006.
Y lo hace con un programa que lleva por título “Bolivia Digna, Soberana y Productiva para Vivir Bien” (obviando ya el uso demagógico del término “desarrollo”).