La oposición frente a nuevas elecciones

Conversatorio con Guido Alejo, Sayuri Loza, Vlady Torrez y Ana Lucía Velasco. Foto: ANF
Conversatorio con Guido Alejo, Sayuri Loza, Vlady Torrez y Ana Lucía Velasco. Foto: ANF

En un nuevo encuentro, la Agencia de Noticias Fides (ANF) organizó un diálogo del cual participaron Ana Lucia Velasco (politóloga), Sayuri Loza (historiadora), Vlady Torrez (politólogo) y Guido Alejo (arquitecto y analista). El mismo tuvo la finalidad de analizar el rol que está jugando la oposición política con miras a las próximas elecciones presidenciales y reflexionar sobre las perspectivas de nuevas figuras que se presentan como potenciales candidatos y candidatas.

Participantes del conversatorio moderado por Estefani Tapia. Foto: ANF

El conversatorio partió desde una reflexión histórica sobre la oposición política, su estructura, lógica y discurso desde la emergencia del Movimiento Al Socialismo (MAS) para participar del poder en el ámbito político. Cuando el MAS era oposición, Linera insistía en una alianza de la entonces oposición con la Central Obrera Boliviana (COB), los sindicatos y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSTUCB). Finalmente se alían y llegan al poder. Sin embargo, a las oposiciones normalmente les cuesta unirse siendo una de las principales causas “el ego” de los jefes de partido. 

En términos de figuras, salvo L.F. Camacho que fue una circunstancia histórica, durante todos estos años -dos décadas- no se han generado figuras políticas nuevas, siendo candidatos siempre los mismos varones mayores “blancos” (o rodeados de blancos), cada uno queriendo arrastrar al resto hacia su posición, sin tener un proyecto real. 

El proyecto común ha sido únicamente eliminar al MAS con oposiciones reactivas, citadinas y conservadoras, que buscan un retorno a la República, negando que el proyecto plurinacional sobrepasa por mucho al MAS. “No hablan de futuro o de progreso ni de cambio social sino de volver al pasado. Hay un tiempo muerto en la clase política” afirma Sayuri Loza. Ni siquiera las oposiciones más moderadas como la de Mesa tienen la lucidez de rescatar lo mejor del Estado Plurinacional, pues lo asocian al MAS, y se tiene como única bandera el antimasismo, que claramente no va a funcionar de cara al electorado.

La historia del MAS se remonta a los años 70, con la lucha del sindicalismo campesino articulado por el vestigio de la memoria de la lucha obrera, que continúa con la lucha de los 90, la resistencia a las medidas neoliberales, las luchas sociales, la resistencia de los cocaleros y de los pueblos de tierras bajas. Todo lo anterior se articula a principios del siglo XXI, en un largo ciclo de acumulación que permite la llegada de Evo Morales al poder. Hoy no sucede eso en el campo opositor. No solamente no hay figuras políticas nuevas, sino que no hay una acumulación histórica de ese tipo. “Lamentablemente no entienden la complejidad del país y la complejidad de sus dinámicas de transformación” afirma Vlady Torrez.

Gramsci hablaba de “el tiempo donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer”. Actualmente, estamos en un momento donde el único motor de la política son las venganzas y las mezquindades, tanto en la oposición como en el MAS, y ambos son víctimas de su propia estrategia polarizante. Sin embargo, ha llegado el momento donde deben dialogar, ver más allá de sus posiciones, pero no se animan a dejar sus discursos ni a arriesgarse a pensar un país distinto, por miedo a perder los votos radicales que han ganado. “Han convertido la palabra diálogo o acuerdo en malas palabras, y cuando les toca hacerlo lo hacen a escondidas y disfrazándolo discursivamente. Es una lucha de cobardes y de sordos, pues la gente está desesperada por renovación” señala por su parte Ana Lucia Velasco. 

Otro rasgo que caracteriza, tanto a oposición como al MAS, es la cultura autoritaria y caudillista. En Comunidad Ciudadana han podido crear perfiles interesantes de mujeres y jóvenes como Andrea Barrientos, Cecilia Requena o Toribia Lero, y si Mesa tuviera la humildad de hacerse a un lado, ellas podrían ganar muchos más votos reales y no solo los votos anti MAS. Del otro lado, Andrónico tendría un importante porcentaje de voto, pero nadie espera que Evo le dé paso.

LA INMINENTE CRISIS ECONÓMICA

Más pronto que tarde estallará la crisis económica y será un factor fundamental en las próximas elecciones. La gente votará desesperada por quien crea que le pueda garantizar su supervivencia. En este escenario, si Evo ganara sería interesante ver cómo maneja la crisis un gobierno de izquierda, pues no tendrá otra opción que aplicar medidas neoliberales y ello no caerá bien a la gente. Si Mesa, Manfred o Samuel ganaran y tuvieran que aplicar las mismas medidas, volvería su fama de “la derecha hambreadora” y daría paso a que el MAS vuelva una gestión después, si es que no tumban a aquel gobierno antes. 

Lo cierto es que, gane quien gane, la crisis va a explotar y si uno es un político responsable sabría que en esta situación la única forma de salir es con un acuerdo grande entre varios, pues uno solo no va a poder enfrentar la crisis. Una oportunidad estaría en la Asamblea Legislativa, que tendrá mucho poder de decisión, sobre todo tomando en cuenta que estará muy fragmentada. No habrá tres bloques, pues para empezar el MAS está definitivamente fragmentado y probablemente se siga fragmentando; eso dará oportunidad a la oposición para poder negociar y tener mayor margen de estrategia.

NUEVAS FIGURAS EN EL PANORAMA

Parecería que todos los opositores están jugando a lo seguro, pero al no tener proyecto de ningún tipo, quizá esa sea la mejor estrategia. Están callados esperando a que dentro del MAS terminen de destruirse para que el menos peor de los opositores aparezca como una opción. Para ello no es necesario hacer propuestas, solo no deben equivocarse ni aparecer mucho. Ha ganado una vez más la cultura de la mediocridad. En este sentido, Manfred quizá sea el mejor posicionado en las encuestas, pues no pelea con nadie y parece que, con acciones como la de acercarse al electorado joven, está más maduro políticamente. Es consciente que debe salir del papel de ex militar y de opositor, y si bien ningún alcalde boliviano se ha convertido nunca en presidente, él ya ha saltado la barrera municipal antes. “Es un alcalde inclinado a la tecnocracia. El día del niño inauguró un parque de 4 hectáreas en la zona sur de Cochabamba, mientras que Eva Copa inauguró un ajedrez andino dentro del Jachauta. Se nota una diferencia entre quienes quieren consolidar su poder alrededor de una estructura política y otros que, a pesar de tener una estructura a medias, intentan empezar a aglutinar a distintos sectores populares” señala Guido Alejo. Es una persona que puede mostrar gestión, refiriéndose a Manfred Reyes Villa.

En el caso de Santa Cruz, la coyuntura del censo ha desestructurado el sistema político regional y hoy solo sale Cuéllar como una figura de segundo orden que no ha saltado la barrera regional, porque el Comité Cívico esta débil. Tiene muy poco tiempo para organizarse y conseguir un liderazgo sólido, por lo que difícilmente habrá un candidato del oriente que gobierne esta gestión. 

Por otro lado, muchas encuestas perfilan a María Galindo como potencial presidenciable que, si bien no ganaría, obtendría un porcentaje nada desdeñable. ¿Qué pasaría si Galindo ganara? Ciertamente no resolverá la crisis ni podrá aplicar su discurso político en la realidad porque el contexto económico no se lo va a permitir. En todo caso, tendría que hacer todo lo contrario a lo que discursivamente señala. Además, tendría que negociar con actores como los militares o las Iglesias, y es muy difícil que eso suceda. Es otra figura caudillista que no se atreve a aliarse ni con quienes siguen su lógica de justicia social como es el caso de Mamen Saavedra en Santa Cruz. Si fuera estratégica entendería que Mamen le gana el voto cruceño y patearían el tablero. Posiblemente María esté más en la acumulación simbólica del personaje.

Sin embargo, si bien se habla de gente que tiene capital político, no se debe olvidar al sistema político como tal. Hay 6 siglas con personería jurídica que pueden participar y es la mano oscura de los dueños de estas siglas (mercenarios de la política) la que termina decidiendo quién compite o no. Por eso la lucha por la sigla del MAS es tan fuerte y hoy en día es casi imposible crear una nueva sigla, se han puesto infinidad de requisitos que además no permiten que partidos, por ejemplo, liberales se inscriban. El MAS lo ha dispuesto así porque le conviene. 

Redacción y Notas:        Estefani Tapia

Diagramación digital:   Edwin Aliaga

Edición:                                Sergio Montes, sj

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Agencia de Noticia Fides
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