La guerra sucia que caracteriza a la presente campaña electoral y la negativa del Presidente y candidato ilegal e ilegítimo, Evo Morales, han privado a los electores del debate necesario sobre los programas que proponen los aspirantes a la Presidencia. Carlos Mesa, quien como periodista fue el moderador del primer debate electoral en la historia de Bolivia, en 1989, retó a confrontar propuestas a Evo, quien dejó la silla vacía en las sucesivas citas a las que fue invitado desde 2002. “El primer tema que quiero debatir con el candidato Morales es cómo justifica, cómo explica, por qué quiere ser Presidente hasta el día en que se muera “, manifestó Mesa. Hace cinco años, Morales envió a sus contrincantes a “debatir con su abuela”. ¿Por qué querría hacerlo ahora?
El debate electoral no es un privilegio de los candidatos. Es un ejercicio democrático y un derecho de los ciudadanos. Debatir, según la Academia de la Lengua, significa “discutir un tema con opiniones diferentes”, polemizar, controvertir, disputar y deliberar; y discutir quiere decir ”examinar atenta y particularmente una materia”, analizar un tema, argüir, argumentar y razonar. Discusión viene del latín y significa “examen para desarmar las cosas”. Ese es el valor de ese juego dialéctico que es el debate, la discusión, y en este caso el valor del debate electoral.
Cicerón sostenía que “la discusión fortalece la agudeza”, de los que debaten y de los que escuchan el debate. La fallecida primera ministra británica Margaret Thatcher, conocida como la Dama de Hierro por la firmeza de sus posiciones políticas, decía que le encantaba la discusión. “Me encanta el debate. No espero de nadie que simplemente se siente ahí y esté de acuerdo conmigo; ese no es su trabajo”.
A falta de debates, la Agencia de Noticias Fides (ANF) ha convocado a todos y cada uno de los candidatos a exponer sus propuestas en entrevistas de fondo que pretenden llenar, precisamente, ese vacío de ejercicio democrático que es la confrontación de ideas y programas, un ejercicio que caracteriza a toda democracias que se precie de tal. Las entrevistas buscan superar la polémica coyuntural -los dimes y diretes-, que parece haberse instalado en la actual campaña electoral.
Carlos Mesa es uno de los candidatos que ha respondido a la convocatoria de ANF. Durante la extensa entrevista, expuso y desarrolló sus propuestas de manera clara y abierta, enumeró y explicó las diferencias que mantiene con el Movimiento Al Socialismo (MAS) –también algunas coincidencias- y, como es lógico, argumentó a favor de su programa: ¿Por qué el electorado debería concederle su apoyo el 20 de octubre próximo?
Las prioridades de su gobierno, resume, quedarán establecidas en el Presupuesto General de la Nación: salud, educación y justicia. Salud y educación, que están actualmente entre el 6,5 % y el 7%, deberán subir al 10% en cada rubro.
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