Alguna vez se pensó que internet democratizaría el discurso social, la libertad de expresión y fomentaría un sano debate, pero, como todo en la vida, siempre depende del uso que le demos.
El 2018 fue un año marcado por el acoso, el odio y las noticias falsas, el lado oscuro de la “sociedad red” ha marcado el estado de estas plataformas. A pesar de que estos problemas son muy complejos y están afectando negativamente a nuestros ideales democráticos, los dueños de las plataformas hasta hoy sólo se han preocupado por optimizar sus modelos de negocio y han puesto en segundo plano esas contrariedades.
Mientras algunos partidos políticos le restan importancia a la comunicación 2.0 otros, por el contrario, han decidido declararle la guerra a quienes son críticos con su gestión y utilizar tales herramientas para distorsionar la información y manipular la “sociedad red”.
Hoy en día vemos que las redes sociales no son tan democráticas y hay gente con mucho poder que está dispuesta a generar fomentar el odio y la polarización entre sus usuarios.
Un diálogo propositivo, o un sano debate, hoy prácticamente son inexistentes; el ataque de trolls dispuestos a desprestigiar y de- nostar a quienes son críticos con los sistemas de poder, lamenta- blemente, se ha convertido en la estrategia de muchos gobiernos.
Importancia de las redes sociales, la militancia digital
Si bien las redes sociales aún no logran ganar campañas electorales y muchos estrategas todavía están convencidos de que las campañas electorales se ganan en tierra (con estrategia y votos), combinada con las campañas de aire, es cierto que las campañas online son cada vez más importantes y pueden hacer que se pierda una elección: un escándalo, una declaración errada, una imagen que perjudique a un determinado candidato, sumando a esto, una falta de estrategia de comunicación de gestión de crisis en redes, es suficiente para perjudicar la imagen de cualquier político; restarle importancia a las campañas digitales y a la comunicación 2.0 sería un grave error hoy en día.
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