Las respuestas de Carlos Mesa a la batería de preguntas procesadas por ANF son testimonio escrito del único candidato presidencial que, después de varios procesos electorales, puede revertir el ciclo de victorias del Movimiento al Socialismo (MAS) a la cabeza de Evo Morales, hoy convertido en un candidato inconstitucional.
Con la capacidad comunicativa que lo caracteriza, Carlos Mesa sintetiza e imprime un sello personal al contenido de la propuesta desarrollada por el equipo técnico político responsable de la elaboración del Programa de Comunidad Ciudadana (CC), la alianza política que sostiene su candidatura.
Concentrare mi atención en las áreas política, de la justicia y algunos otros temas que marcan la diferencia, y tendrían implicaciones prácticas a la hora de gobernar en un terreno sembrado de restricciones económicas y obstáculos políticos. En este marco Mesa reafirma que su prioridad se concentrará en mejorar la salud, educación y la justicia.
Carlos Mesa hace particular énfasis en la urgencia de encarar una reforma radical del sistema de justicia y de las instituciones que aseguren el acceso a una justicia confiable e imparcial, independiente del poder político y de otros poderes facticos (económicos y sindicales), que distorsionan su desempeño.
No será fácil desmontar la forma de organización y funcionamiento de esa maquinaria institucional permeadas por la mediocridad y redes de influencia cuasi mafiosas. La idea de apelar al argumento de la deslegitimación de las elecciones judiciales es interesante, pero insuficiente, para extirpar las prácticas nocivas, profundamente arraigadas en el sistema y exacerbadas por la “revolución democrática y cultural” que CC interpela.
Su propuesta no insinúa un retorno al pasado. Sin embargo, parte del reconocimiento del estancamiento, retroceso y deformación del accionar en materias judicial y electoral respecto a los esfuerzos embrionarios (truncados) del pasado. Hoy, el Tribunal Constitucional, Tribunales de Justicia, Concejo de la Magistratura, Ministerio Publico, el Defensor del Pueblo y el Órgano Electoral no son la sombra de lo que pudieron ser cuando se constitucionalizó su vigencia en la década de los 90. Hoy, la credibilidad de estos institutos claves para la democracia y la seguridad ciudadana va en picada. Los datos de diversas encuestas así lo revelan.
Para recuperar esta tendencia, Mesa deberá ampliar una coalición política ciudadana que comparta la visión democrática del eje “Desarrollo Ético”, uno de los cinco ejes del programa de CC. Pese a su tono mesurado, poco común en tiempos de campaña y efervescencia demagógica, hay expresiones duras “los fiscales son equivalentes a los paramilitares en la época de las dictaduras, y eso es algo que va a cambiar radicalmente cuándo nosotros seamos gobierno”.
Continúa leyendo este artículo y otros más adquiriéndolo en la sección REVISTAS