"…y todo se anticipó. El futuro es hoy"

Foto Dico Solis
Foto Dico Solis

Llegó. Ese futuro que aún se veía lejano, llegó en tan solo semanas y de manera abrupta, como la ansiada visita que se pretende recibir bien presentables, pero sucede que llega a media noche, inesperadamente y sin preparativos. Pese a la romántica analogía, hoy esa visita se quedó, sin vuelta atrás. La pandemia de coronavirus (Covid.19) aceleró todos los pasos y uno de ellos va ligado a la labor periodística y su modernización obligada. 

Los planes que los medios de comunicación tenían a futuro fueron interrumpidos y otros reorganizados. Hoy el periodista se desenvuelve en un escenario inimaginable. 

“En primera línea”, ha sido una de las frases más recurrentes durante una de las mayores emergencias sanitarias en el mundo. Los titulares de los medios en todas las regiones apuntan a enfocarse en trabajadores en salud, militares, policías, transportistas, agricultores, comerciantes, personal de limpieza, autoridades y otros, como los “soldados” que luchan para contener la pandemia. 

Y es claro que entre ellos están quienes no pararon ni un solo instante en su trabajo, con dinámicas diferentes, pero entregando la noticia desde sus frentes y en la medida de su adaptación. Son los periodistas, que hoy emprendieron nuevas estrategias de cobertura y transmisión. El micrófono, la grabadora y el teclado aún lo tienen, pero cambió el ambiente.

Es sabido que los desafíos y riesgos del ejercicio periodístico son permanentes en diferentes coyunturas y regiones. Y son más las cargas y acusaciones, que las felicitaciones. 

Cuando Bolivia aún tenía presente en la memoria, en charlas y debates todo el proceso de movilizaciones y trincheras ciudadanas de octubre y noviembre de 2019, que luego derivaron en la renuncia y salida del país de Evo Morales y la posterior asunción de Jeanine Añez como presidenta, ingresa la pandemia de Covid-19. 

Ingresa, además, sobre un precario sistema de salud, desinformación de la ciudadanía, miedo, ese miedo que lleva a comportamientos impensados de la gente y una polarización política que ya se arrastraba desde los conflictos del pasado año y se enfocaba en un escenario electoral con una fecha ya definida. 

En esa memoria también se entremezclaban las imágenes del desempeño periodístico durante esas revueltas. La polarización política, las dirigencias vecinales con intereses propios y los más de diez años en que se cuestionó la cooptación del gobierno saliente a los medios de comunicación, generaron una cotidiana ola de acusaciones y agresiones de la población contra los periodistas, que como hoy, hacían su labor: cubrir los hechos y transmitirlos.

Cubrir en medio de la agresión, pero siempre cubrir 

“Fuera la prensa”, “Prensa vendida”, “Prensa mentirosa”. Día tras día entre los meses de octubre y noviembre, esas eran las consignas en varias regiones y calles donde la ciudadanía se movilizaba, en principio contra los resultados de las elecciones que luego se anularon y al pasar los días pidiendo la renuncia de Morales. 

Sí, los periodistas sufrieron agresiones. La cronología informativa durante esa coyuntura establece que, en 29 días de conflictos desde las elecciones del 20 de octubre, más de 70 periodistas fueron amenazados, agredidos físicamente y vejados. El motivo de esta violencia fue por considerarlos afines u opositores a la administración de Morales.

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SORUCO, Claudia
SORUCO, Claudia