Mucho se ha escrito en la prensa boliviana sobre la expresidenta Jeanine Añez, condenada a 10 años de presidio por el denominado caso Golpe de Estado II, sin embargo y más allá de las repercusiones mediáticas, un ambiente hostil y polarizado en las redes sociales (RRSS) ha pasado desapercibido entorno al proceso judicial de la exmandataria.
Las noticias, columnas de opinión, reportajes, editoriales y otros trabajos periodísticos sobre el caso han sido difundidos en las plataformas sociales, específicamente Facebook, publicaciones que fueron utilizadas por internautas para generar escenarios de confrontación a través del uso de discursos de odio.
Ya sea como una estrategia planificada y camuflada, a través del anonimato, o una expresión individual de un internauta, los discursos de odio emulan a peculiares caballos de Troya para introducir en las RRSS contenidos que, según la definición de la Organización de Naciones Unidas (ONU), atacan y utilizan lenguaje peyorativo y discriminatorio contra una persona o un grupo de personas por su religión, raza, origen étnico, nacionalidad, género, condición social o afinidad política.
La Agencia de Noticias Fides (ANF) analizó este fenómeno enfocándose principalmente en los comentarios generados por internautas en las publicaciones hechas en Facebook por cuatro medios del eje troncal del país: Página Siete, El Deber, Los Tiempos y Bolivia TV, el pasado 10 de febrero de 2022 y a propósito del inicio del juicio de Añez.
Esa jornada debió iniciar el juicio oral de la expresidenta y otros implicados, sin embargo, no fue así por temas judiciales. Dicha audiencia se realizó en medio de un panorama tenso y violento por la presencia de grupos, afines y opositores a la exmandataria, que protagonizaron amagos de enfrentamiento entre ellos y con la Policía.
Un total de 3.841 comentarios emitidos por internautas pasaron el filtro de la investigación que arrojó interesantes resultados como la detección de tres tipos de discurso de odio en sus contenidos: hostil, esencialista a grupos y llamados a la violencia física.
Asimismo, se evidenció que 1.013 (26%) del total de los comentarios analizados (3.841) no usan discursos de odio en sus textos y que el mayor porcentaje (38%) de los comentarios con discursos de odio corresponde al grupo de “esencialista a grupos”.
Además de los resultados, en la segunda parte de este trabajo se analiza qué hay detrás de los discursos de odio y las posibles cuotas de responsabilidad que existen para su proliferación y crecimiento, al igual que para su erradicación.
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