La presión del minifundio en zonas del valle y puna a raíz de la reforma agraria hizo optar a las autoridades del ministerio de asuntos campesinos por la concesión paralela de parcelas en el chapare y carrasco tropical en beneficio de un buen numero de familias campesinas aymaras y quechuas de Potosí, Chuquisaca, Oruro, Etc.
Con estas concesiones a los nuevos colonizadores volvía a implantarse en parte el modelo de explotación agrícola andina llamada de los pisos ecológicos, proverbial para equilibrio económico y una diversificación de la producción agrícola a nivel familiar y comunitaria los propietarios tuvieron muchos años esas parcelas en el chapare.
Como alternativa, específicamente en casos de desastre climatológicos en puna o valles. Esos colonizadores pasaban en el tiempo estricto de la siembre y cosecha a sus comunidades de origen para pasar allí en el resto del año. Hasta terminada la década de los 60 el chapare no muestra signos de despertar perteneciente prácticamente deshabitado, campeando por esta vasta extensión os grupos chiriguanos todavía no reducido, y los nuevos colonizadores, en su mayoría bi-locales, es decir, no definitivamente radicados en el chapare.
Continúa leyendo este artículo y otros más adquiriéndolo en la sección REVISTAS